T.S. ELIOT
CUATRO CUARTETOS
BURNT NORTON (1936)
En el punto aquietado del mundo en rotación. Ni carne ni su ausencia;
ni desde ni hacia; en el punto aquietado, allí está el baile,
y no la detención ni el movimiento. Y no llaméis fijeza
al punto en que pasado y futuro se abrazan. Ni movimiento
desde ni hacia,
ni ascenso ni descenso. De no ser por el punto, el punto inmóvil,
no habría baile, y sólo existe el baile.
Sólo puedo decir, allí estuvimos: pero no puedo decir dónde.
Y no puedo decir por cuánto tiempo, pues supondría emplazarlo
en el tiempo.
Librarse interiormente de los deseos prácticos,
desasirse de la acción y el sufrimiento, de la compulsión
exterior e interior, rodeada no obstante
por una gracia de sentido, una luz blanca quieta y móvil,
Erhebung sin movimiento, concentración
sin eliminación, abriendo un nuevo mundo,
explicitando el viejo, comprendido
en el acabamiento de su éxtasis parcial,
la resolución de su horror parcial.
Pero el ensamblaje de pasado y futuro
tejido en la endeblez de los cuerpos cambiantes
protege a los humanos del cielo y la condenación
que la carne no puede soportar.
Pasado y futuro
no admiten sino un poco de conciencia.
Ser consciente es no estar en el tiempo,
pero sólo en el tiempo puede el instante en el jardín de rosas,
el instante en la pérgola donde bate la lluvia,
el instante en la iglesia lóbrega, entre flecos de humo,
ser recordado; envuelto en pasado y futuro.
Sólo en el tiempo se conquista el tiempo.