SOLTERA

 

No he necesitado casarme porque a mis padres les expliqué en su día  muy clarito que su concepto de pecado era suyo y mi vida era mía, que si vivo con un hombre o tengo un hijo soltera no tengo por qué darle cuentas a nadie, ni a la Iglesia ni al Estado, mucho menos a mis familiares. No he necesitado casarme porque mis padres me han querido y respetado y no me han sometido a indignos chantajes sentimentales. No he necesitado casarme porque  ya he montado muchas fiestas por todo lo alto, y me han invitado a muchas más, y no les he tenido que pedir a mis padres que me paguen ninguna. No he necesitado casarme porque tengo muchos trajes bonitos y se me han presentado en la vida muchas oportunidades para lucirlos. No he necesitado casarme porque ya he sido el centro de atención en demasiadas ceremonias: la comunión, las entregas de los cuatro premios literarios que he ganado y los fastos solemnes de mi doctorado. No he necesitado casarme porque cuando quiero invitar a mis amigos a comer o cenar sé cocinar para ellos. No he necesitado casarme porque no mido el afecto de mis amigos en cifras y me moriría antes que pedirles que escogieran en una lista el regalo que habrían de hacerme y, mucho menos, que darles un numero de cuenta corriente donde deberían ingresarme su dinero.  No he necesitado casarme porque las personas que me han querido me lo han sabido demostrar de sobra. Y si algún día necesito casarme será, creo, porque me enamore de alguien que necesite papeles o porque me lo exijan como requisito de adopción. Y si me caso porque quiero será cuando encuentre la manera de hacerlo sin traje blanco, lista de bodas, cuentas corrientes, parentela intrusiva ni Iglesia de por medio.

Lucía Etxebarria / Soltera / 18.02.08

 

Deja un comentario

No hay comentarios aún.

Comments RSS TrackBack Identifier URI

Deja un comentario