EL FEISBUC

 

En raras ocasiones me inclino a teorizar de aquello que realmente preocupa a la gente, es decir de lo que aparece en todas las campañas electorales cuando algún incauto se dirige abiertamente al electorado [potencial] y les grita que ya está bien de tanta tontería y de tanto papeleo y que ya es hora de hablar de verdad de verdad de lo que nos interesa, como a mí hoy, y después de analizarlo profundamente y de contrastar informes y más informes he llegado a la feliz conclusión de que es todo mentira o en gran parte mentira lo que sale en las portadas cuando sale que lo que más nos preocupa y lo que más nos angustia, a día de hoy, es el paro y es el terrorismo y es afganistán, según se muestra en el gráfico adjunto, y creo que estoy en lo cierto cuando digo que la gente en general es mentirosa y le gusta engañar y le gusta hacerse pasar por alguien que se preocupa, ya que eso siempre añade un algo de estilo y un algo de glamour y que queda como que te sientes que formas parte de algo, por ejemplo de la sociedad; y sin embargo debo confesar que una vez analizados todos los parámetros y todas las variables habidas y por haber mi resultado sorprendente es que lo que de verdad interesa de verdad a todo el mundo es saber a qué se dedicaba la gente y que hacía en los ratos libres antes de que existiera el feisbuc, es decir tres o cuatro meses antes de ahora, y para tranquilidad y para paz interior de todos los inquietos y de todas las inquietas puedo responder a esa pregunta o a esa cuestión fundamental, ya que tengo información y tengo muestras y tengo memoria, y la respuesta correcta es:

 

que lo que hacía la gente era esperar que existiera el feisbuc,

 

y que es así sin más y que no hay que darle más vueltas, ninguna, y que en cualquier caso lo que queda pendiente es saber las tristes maneras que tenía la gente para pasar el rato mientras llegaba la buenanueva del feisbuc, es decir en el aburridísimo interín de la nada y del vacío, y lo que se desprende de mis trabajos de campo y de mis hojas de cálculo es lo siguiente: que la mayoría de la gente se hacía socio o socia del club de petanca del barrio, o de la asociación de vecinos del barrio, o del foment mataroní, o del cercle artístic, o se compraba veleros en miniatura para montar en casa, o tenía hijos, o escribía cartas que mandaba por correo, o se peleaba con sus cuñados, o reclamaba una herencia, o iba al casal de la dona, o se matriculaba en la universidad, o se daba a la bebida, o se enamoraba, o se largaba a la vida neorural y repoblaba aldeas, o escuchaba a cat stevens [antes de] o coleccionaba sellos y monedas, o se hacía miembro de omnium cultural, o alquilaba películas, o iba en bicicleta por el carril bicicleta, o estudiaba ajedrez en la uoc, o pedía catálogos de viajes a las agencias de viajes, o engordaba tontamente con triglicéridos de más, o rezaba, o recitaba las mil y una noches, o simplemente esperaba pacientemente, o cosas así,

 

y los únicos que no hacían ninguna de estas cosas vulgares y comunes y además del todo inútiles eran tremosa y junqueras, que como todos sabemos viven soñando que la vida es sueño y además les pagan por ello, y por si fuera poco puede pasar que algunos les voten en las europeas [después de analizar profundamente cual de los dos sueña mejores sueños,  y cual de los dos representa mejor el ser o no ser, es decir que me parece perfecto que se repartan el espacio sideral del basta ya entre ellos mismos, sin molestar a nadie más]

 

y por consiguiente lo definitivo de mi análisis y de mi teoría sobre lo que realmente preocupa a la gente y sobre el feisbuc es que antes del feisbuc todo era mucho más lento y mucho más engorroso y mucho más relativo, ya que nunca sabías del todo cierto si esa bonita carta y esa bonita postal y ese bonito poema habían llegado realmente a su destino, o no, y que te pasabas la vida sin poder agregar amigos y amigas y que lo que es peor es que todo duraba una eternidad, por ejemplo que empezabas en el club de petanca como simple vocal de festejos y que al cabo de veinte años ya llegabas a ser, con suerte, vicepresidente económico o tesorero, y que a la vez estaba muy mal visto y casi como un crimen que se te ocurriera darte de baja de la asociación, eso nunca, y jamás de los jamases se te ocurriera apuntarte al club de billar de salón del casino del pueblo vecino, menuda traición, y se entiende perfectamente que

 

lo que tiene el feisbuc es que te haces o fan o partidario de algo [lo que sea] y nadie te va a pedir que ingreses un importe en una cuenta, ni que les jures fidelidad y devoción y compromiso para toda la vida; y esta feliz circunstancia me evoca casualmente aquellos apasionados e inolvidables debates del cececebe de hace ya unos años sobre lo local y sobre lo global [vaya dilema] y sobre la brecha digital [vaya asunto] y al mismo tiempo me evoca también el hecho de que la mayoría de debates con fundamento y con notas de página y con bibliografía se resuelven siempre sin resolver, es decir de facto, y resulta que [muchas gracias]

 

lo local y lo global es lo mismo [ya me parecía a mí], y que

la brecha no está en los dígitos, por favor,

 

y que vaya rollo estar esperando el feisbuc años y años ahí sentado, como si nada,

y sin nada que hacer, uffff.

 

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 28 de enero de 2009, ya pasó la espera.