VELO, BURKA, PAÑUELO

 

P. ¿Cómo analiza usted el debate sobre el velo en Turquía? ¿Democracia frente a laicidad?

 

R. Primero le haré una observación y luego le daré mi opinión. La secularización de Turquía, que se hizo de arriba abajo, está cambiando y la sociedad se hace más islámica, incluso islamista, de abajo hacia arriba. El partido de Erdogan, era en su origen muy radical y fue reprimido y prohibido por los militares. Cambió de estrategia y empezó por abajo y buscando un consenso popular. Ahora Turquía se está moviendo del secularismo hacia la religión. Mi opinión es que discutir sobre el velo es un error, tanto en Turquía como en Europa; y sobre el burka o sobre el pañuelo o sobre cualquier otra prenda de vestir. No es la cuestión. El verdadero debate es sobre la moral sexual que el velo representa, que no es otra que la mujer es responsable de la sexualidad del hombre. Nosotras debemos cubrir nuestro cuerpo para que él no se excite; debemos permanecer encerradas en casa, para que él no se excite. Esta moral, que pone toda la responsabilidad sobre la mujer, es lo que hay que discutir.

 

P. ¿Piensa usted que el grueso de la población musulmana de Europa se dirige hacia la separación de la religión y el estado? ¿Se puede hablar de un Islam europeo?

 

R. Creo que la mayoría de los musulmanes asimilarán los principios de la democracia si tienen el mismo debate que los católicos tuvieron, que no es más que aceptar que sus dogmas son puestos en cuestión y que de estas preguntas se derivan respuestas que no les van a gustar. Para que este proceso sea más fácil, hay que proteger la libertad de expresión, garantizar que si uno expresa su opinión no tenga que enfrentarse a consecuencias terribles, que no se pueda impunemente amenazar de muerte. Hay que proteger la arena en la que se debe producir el debate.

 

P. Usted no distingue entre un Islam moderado y contemporizador y el Islam radical.

 

R. Yo hago una distinción entre Islam, en cuanto a un conjunto de principios, y los musulmanes como gente. Los musulmanes son diversos. Algunos se convierten a la democracia o quieren integrarse como ciudadanos en las sociedades occidentales; algunos rechazan la democracia y otros toman este rechazo hasta el grado extremo de los ataques terroristas y las llamadas a la jihad. Pero lo que tenemos es una gran mayoría de musulmanes de quienes no sabemos lo que piensan porque no dicen nada. Es este grupo al que hay que influenciar. Pero el Islam, como el conjunto de principios, es muy consistente, muy coherente, muy simple y no es compatible con la democracia liberal. Porque los principios de la democracia liberal toman la vida humana como un fin en si mismo y el Islam dice que sólo si te sometes a los deseos de Dios, tendrás una vida satisfactoria y serás premiado.

 

Ayaan Hirsi Ali / Exdiputada liberal holandesa

Entrevista / Fragment / El País / J.M. Martí Gómez / 13.02.08

 

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