Hombre de pies desnudos en la madera,
dulzura de horizonte libre de fábricas,
corazón de olivar bañado de atardeceres,
que esboza noches llenas de enredadera:
la mujer que se esconde en tus ojos,
es parte de la belleza que al mundo entregas.
Tantas veces la vi junto a ti,
hermosa y libre,
pasar con las horas suaves
abrazando sus tobillos como anémonas.
La chica que tu mirada alberga
doblega muros, desata cuerdas,
desnuda, y con fuerza
grita vida sin mover los labios
mata demonios y brotan estrellas
del barro más pobre y cegado.
Me mira desafiante y me aterra
no poder salvar jamás
la distancia que nos separa
hecha de latido de piedra.
Natalia Manzano / Almería, 1980
De Poemas sin número, publicado en Vitolas del Anaïs, (Cuadernos del vigía, 2007)
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