NOS DEJAMOS ARRASTRAR

 

A José Luis Rodríguez Zapatero y a José Montilla le deberían silbar ayer algo los oídos. Aunque no fueron nombrados en ningún momento, dos de sus antecesores en las presidencias del Gobierno español y la Generalitat, Felipe González y Jordi Pujol, respectivamente, emitieron, desde un plácido monasterio benedictino próximo a Manresa, zumbidos de preocupación y crítica por la actual falta de liderazgos y de proyectos. Aunque esta carencia no solo afecta a España y Catalunya, sino a todo el mundo, los destinatarios más próximos se hallan en la Moncloa y la plaza de Sant Jaume.

Los dos exnúmeros uno del PSOE y de CiU mostraron una vez más la complicidad amistosa que les ha unido desde que ambos dejaron de gobernar, ante cerca de 80 empresarios, intelectuales, académicos, parlamentarios y expolíticos, reunidos en el antiguo monasterio de San Benet de Bages por la escuela de negocios Esade y Caixa Manresa, que, para atraerles, les formuló a todos la pregunta "¿Políticos sin ideas, intelectuales sin poder?". El encargado de responderla en primer lugar fue Miquel Roca Junyent, otro ilustre expolítico, al igual que otros muchos participantes, como Narcís Serra, Josu Jon Imaz, Josep Piqué, Joan Majó, Eulàlia Vintró, Joan Rigol y Josep Maria Vallès.

Tanto Roca como Pujol y González afirmaron, con distintas palabras, que el bienestar europeo ha generado un desierto en el debate de las ideas, una "anestesia colectiva". Pujol se quejó de que algunos intelectuales "se refocilen" ante la pérdida de valores como la fidelidad, el compromiso, el esfuerzo y la solidaridad. González culpó de las actuales crisis económica e ideológica el haberlo dejado todo en manos de un mercado sacralizado. El expresident hasta lanzó una autocrítica: "Nos dejamos arrastrar por los intelectuales a la hora de la reforma de la enseñanza y ahora estamos con un sistema educativo pernicioso".

 

Andreu Farràs / El Periódico de Catalunya /  Fragmento / 30.09.08

 

Lo siento por los dos expresidentes y por el abogado que fracasó en el intento [aunque le ha ido muy bien después] y acepto que un encuentro monasterial con esade y con caixamanresa siempre es algo entrañable y que la perspectiva de los años y el status actual de los tres son suficiente motivo para disfrutar de preciosos detalles de humanidad y de mutua admiración y de amigable respeto pero el balance de sus declaraciones y lamentos me parece de lo más superficial, previsible e interesado, por no decir anacrónico. ¿no hay ninguna relación entre el tipo de liderazgo que se ejerce y el momento histórico en el que se ejerce? ¿es lo mismo un líder o unos líderes que emergen de una transición que lo que viene después? ¿la sociedad espera lo mismo? ¿no hay elementos nuevos en los espíritus de las gentes de hoy? ¿no hay una cierta complejidad añadida? ¿uno puede salir hoy a la calle con el proyecto y ya está? ¿alguien cree que el proyecto de pujol tendría hoy la misma audiencia, sin reservas? ¿y el de felipe? ¿a qué viene esa nostalgia intelectual tan recurrente cuando todos sabemos que el debate de las ideas nunca ha tenido el más mínimo eco ni relevancia ni interés para nadie como no sea para decorar un pabellón de una expo o para ilustrar una antológica de picasso o para prologar los diez discursos más interesantes y emotivos del presidente del congreso o de la asamblea autónoma? ¿dónde están los que en esos tiempos de esos liderazgos eran considerados como intelectuales? Pues la mayoría de ellos ocupan puestos en la administración o en instituciones paralelas o en fundaciones o en museos de arte contemporáneo o en publicaciones especializadas o incluso en grandes consorcios de comunicación; y algunos de los más anestesiados se permiten el lujo y la osadía de vivir y de trabajar fuera del país, quizás en una universidad o en un foro de cooperación o en una factoría de pensamiento o de creación interdisciplinar, perdón, o en una empresa de servicios globales o en un pesquero en el mar del norte o a nómina de una corporación de estudios del sudeste asiático, o quien sabe dónde. No creo de ninguna manera que los políticos de hoy se enfrenten a la política con menos ideas que antes, lo que sucede es que no son las mismas ni pueden serlo; y cada vez que alguien todavía hoy intenta imitar o intenta emular los gestos y el espíritu de los que fueron líderes en su día y que les gustaría tanto tanto ser recordados y ser reconocidos como lo que fueron aquellos líderes la verdad es que siento una pena inmensa y no me apetece para nada imaginar lo que sería de nosotros si esa impostura fuera verdad. Aunque a algunos les cueste aceptarlo, y se comprende, hay más circulación de ideas hoy que nunca. Y que a veces cierta gente añore lo que para entendernos tendría la forma de un pensamiento fuerte, transparente, modélico y sin fisuras ni paradojas, ejemplar, corroborado en acta por aquellos sólidos argumentos que tanto gustan a los que necesitan sólidos argumentos, hábilmente seleccionados y derivados a la idea general, al proyecto, por parte del comité central de menteslúcidasparatodo, no significa que vaya a pasar, no lo creo. Lo siento por roca, por pujol y por felipe, pero creo que estamos en otras carencias y que no son las de antes, ni lo serán ya.

 

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 1 de octubre de 2008, en el desierto de las ideas.