LOS MUERTOS Y LAS MUERTAS

 

La Iglesia católica considera que "los padres deben encauzar la fiesta de Halloween", que cada año es más popular entre niños y adolescentes en España, "hacia lo bueno, y no fomentar el terror y la muerte". Según fuentes de la Conferencia Episcopal Española, "la fiesta de Halloween no es inocente, pues tiene un transfondo de ocultismo y de otros tipos de corrientes que va dejando su huella de anticristianismo". En este sentido, indican que "la piedad cristiana recomienda la visita al cementerio para orar por ellos y por los familiares que experimentan el dolor de la separación humana". "A los niños, por un sentido pedagógico, es necesario que descubran el valor de la vida y de la bondad y no fomentar la muerte. Los niños se abren a la vida y no a la muerte", recalcan. A este respecto, la Iglesia católica recuerda que la fiesta de Halloween se celebra en la noche del día 31 de octubre porque en esa noche los celtas rendían culto al dios de la muerte y de las tinieblas con sacrificios animales y humanos. "No es una fiesta inocente porque es la noche del año nuevo para los brujos. Esa fiesta se remonta a unos 300 años antes de Cristo y, muchos siglos después, su celebración ya modernizada pasó de Irlanda a EEUU a través de la gran ola de emigrantes irlandeses a Norteamerica en el siglo XIX.

 

Servimedia / 30.10.2008

Desde la época prehispánica, El Día de los Muertos ha sido una de las festividades más sobresalientes en México. La celebración durante casi una semana incluye diversas actividades como la confección de altares, bailes, música, quema de incienso y la mejor y más sabrosa de todas, la preparación del pan de muerto. El pan de muerto no es un alimento de consumo cotidiano, debido a que está asociado a la festividad para venerar a los que habitan el “más allá”. Por ejemplo, en Tlaxcala, el pan de muertos se prepara con los mismos ingredientes que se emplean en la elaboración del pan de Tlaxcala, que lleva huevo y hierbas frescas. En Puebla, va espolvoreado con ajonjolí y algunos prefieren ponerle esencia de azahar. Especialistas en el arte culinario, opinan que el más conocido es que el se cocina en el centro de México. Los ingredientes son una masa de harina, mantequilla, huevos, azúcar, leche y levadura, todo esto aderezado con esencias naturales de naranja o vainilla. Otros prefieren agregar pasas o nueces a la masa. La celebración ha viajado no sólo a Estados Unidos sino al mundo entero, y vemos como restaurantes y panaderías ofrecen el 2 de noviembre, Día de los Muertos, el sabroso alimento.

Julio Paredes / El Diario NY / 29.10.08

Todo el mundo tiene dudas ante lo sagrado, es decir ante la defunción, y a los obispos les disgusta que los críos jueguen a los muertos y a las brujas y al jalouín [y sufren por ellos, normal] ya que jugar a fantasmas y a espectros y a ogros es lo que hacían los celtas comeniños y los irlandeses y no está bien, y a los obispos lo que les ha gustado siempre es la inocencia infantil y los vestidos de ángeles y las alas y la purpurina y el pesebre; en cambio los mejicanos siempre han preferido jugar a los muertos y a las muertas y a los casimuertos y a las casimuertas más que jugar a los vivos, desde muchísimo antes de las misiones y de los crucifijos y de la consagración, quizás por qué la vida de un mejicano nunca ha sido gran cosa y que por muy empalagoso y muy rústico y muy kitsch que parezca el pan de muerto y la quema de incienso y los bailes y la levadura seguro que la mezcla sabe a gloria y que siempre es mejor encontrarle una función a la defunción, y que es mejor estar entre los vivos celebrando a los muertos que al revés, aunque sea entre máscaras, y que al fin y al cabo las buenas historias del más allá son como cuentos y fábulas y mitos escritos por los de aquí, aunque se hagan pasar por brujos o por celtas o por obispos o por muertos y muertas.

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 31 de octubre de 2008, ándele, ándele.