SOMA

 

Igual que la cirugía permite modelar el físico, ¿se podrá algún día modificar la capacidad intelectual de las personas? En la obra de Aldous Huxley, los habitantes de Un mundo feliz consumen soma, una droga que actúa sobre el estado de ánimo y proporciona la felicidad instantánea, facilitando el control social. No es adictivo, ni tiene efectos secundarios. Es ciencia ficción. Igual que lo es, por el momento, un posible soma que aumente el rendimiento intelectual sin efectos indeseados. Pero en el ámbito académico y científico se toman medicamentos que permiten mejorar la memoria o el aprendizaje. Son fármacos inicialmente concebidos para tratar patologías como el alzhéimer o la hiperactividad. En personas sanas, tienen efectos secundarios y limitados. En el ámbito académico, es un secreto a voces el uso de sustancias que contribuyen a mejorar habilidades cognitivas como la memoria, la concentración y la vigilia. La revista Nature ha dibujado un retrato más preciso con una encuesta informal a la que han respondido más de 1.400 científicos. Un 20% de los encuestados afirmó que tomaba de forma más o menos habitual alguna sustancia para rendir mejor en sus labores intelectuales. Entre los científicos que consumen este tipo de sustancias, un 62% toma metilfenidato, un medicamento de prescripción que se utiliza sobre todo para tratar a niños que padecen trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDHA), porque potencia la capacidad de concentración actuando, entre otros, sobre un neurotransmisor, la noradrenalina. Un 44% de los encuestados admitió consumir modafinilo, empleado básicamente para tratar la narcolepsia. Los investigadores lo toman para mantenerse despiertos durante más tiempo y para combatir el jetlag. Este medicamento también lo utilizan algunos trabajadores por turnos. Otro 15% reconoció consumir betabloqueantes como el propanolol, un medicamento que se utiliza para tratar la presión arterial alta y que relaja. El resto manifestó tomar una miscelánea de sustancias. Entre ellas, fármacos inhibidores de la colinesterasa, que se emplean para mejorar la memoria en enfermos de alzhéimer.

 

Mónica L. Ferrado / El País / Fragmento / 22.10.08

 

Más de una vez he pensado en recurrir a los compuestos con el fin de mejorar mis prestaciones, es decir  mis capacidades cognitivas y mi estado de ánimo y cualquiera con un poco de mundo sabe que la gente de medicina, sin ser ni científicos ni académicos, se mete sustancias para rendir mejor y para mantenerse mejor y que siempre ha sido así, y no me importaría nada hacer una prueba con el modafinilo más que nada por el significante ya que me evoca sin que sepa el por qué a estilizadas modelos de pasarela en un desfile sin principio ni fin como si la vida fuera sólo eso: estar felizmente sentado en el show-room viendo pasar las últimas colecciones de los últimos diseñadores de las últimas tendencias al ritmo de dead can dance y todo sin parar para nada y sin pagar nada y sin comprar nada y sin decidirse por nada, y fuera del ámbito académico también es un secreto a voces que se recurre a sustancias, aunque no se trabaje por turnos; y lo que creo que ha frenado mi impulso al modafinilo debe ser que nunca he sido seguidor de huxley ni de un mundo feliz [ni antes ni ahora] y que tampoco estoy metido de lleno en la carrera científica y que tampoco estoy muy seguro de que deba confiarlo todo todo a la capacidad intelectual y a la memoria y a la concentración y que para ser sincero tampoco soy lo bastante confiado como para ponerme a confiar en las supuestas propiedades de los supuestos compuestos elaborados por investigadores y científicos bajo los supuestos efectos, quizás, de otros supuestos sintéticos, y que tampoco me gusta que me tomen por infeliz, aunque sea para un experimento.

 

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 23 de octubre de 2008, sustanciando.