BEIJING 2008

 

Menuda lección de show business que ha dado el partido comunista chino a todo el mundo. En Los Angeles y en los estudios Universal y en la Warner y en TriStar Pictures todavía lo deben estar flipando. Esta gente, los chinos, no es que tengan talento para el espectáculo y para las ceremonias y para resolver en una increíble fusión la alegoría entre lo que quieren rescatar del pasado y el mensaje concreto, claro y transparente que quieren dar para hoy mismo –vaya con el mensaje– sino que han nacido para el espectáculo y para la comunicación visual, y son capaces de una sutileza y de una intensidad dramática y artística que ni sumando toda la tradición y toda la modernidad europea y americana juntas y todo el vanguardismo berlinés y todos los furadelsbaus no les llega ni al talón, ni por casualidad. Cuando ves lo de Beijing y alucinas con toda naturalidad de su insólita y extraña coherencia escénica y de su magia elemental, y de la sencillez que han conseguido y lo bien que han hecho escondiendo la complejidad y la tecnología, y no chuleando de ello, piensas inevitablemente en los babosos montajes imposibles de las últimas ceremonias olímpicas que todavía hoy en día nadie sabe qué estaban contando y a quién lo estaban contando.

Zhang Yimou, el director de la ceremonia de inauguración, ganó en 1992 el León de Oro en Venecia por ‘Qiu Ju, una mujer’ y en 1999 por ‘Ni uno menos’. Bajo el lema ‘civilización y armonía’ ha creado un espectáculo sublime y único y Steven Spielberg, que debía acompañarlo pero se negó por presiones políticas, allá él, se lo ha perdido, lástima, qué tonto.

Yimou, por cierto, ha tenido la genialidad y el atrevimiento de no mostrar ni intentar evocar ni sugerir ni expresar nada sobre el deporte en su espectáculo, no se ha visto nada sobre el deporte, sobre la competición, sobre gente que quiere correr y ganar una medalla. Qué poco olímpico le ha salido! En cambio se ha visto Confucio, la invención del papel, la escritura, la ópera, la brújula, las cometas, la pólvora, el tai-chi, la astronomía y los elementos de la naturaleza. Y la música, casi como un juego, y también como un ritual, fantástico.

 

Lo dicho, no hay como un buen partido comunista para que todo salga redondo.

Gracias, Zhang Yimou.

 

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 8 d’agost de 2008

EL BRAU BLAU

 

El Festival de Cine de Locarno ha seleccionado para su 61ª edición, que arrancó el miércoles, dos películas producidas por Luis Miñarro (Eddie Saeta): El brau blau, del vallisoletano Daniel V. Villamediana, dentro de la sección competitiva Cineastas del Presente, y El somni, de Cristophe Farnarier para la sección Here and Elsewhere. Son dos películas catalanas realizadas con escasos medios: una pequeña cámara, un reducidísimo equipo y muchas ganas de dar forma a una idea original. Farnarier, en un largometraje documental, sigue los pasos de Pipa, un viejo pastor en su último viaje trashumante, y Villamediana retrata la obsesión de un joven por depurar su técnica como torero tras ver en una plaza al diestro José Tomás.

Fascinado por el ritual que impregna la tauromaquia, Villamediana se decidió a rodar sobre "el toreo interior", sobre la soledad de un diestro que practica durante horas cada movimiento antes de enfrentarse al animal. De hecho, en la película, rodada en una masía del Empordà, no aparece ni un solo toro, es algo que el protagonista ha de imaginar o reconstruir con balas de paja.

En el rodaje de El somni, Cristophe Farnarier empuñó la cámara para acompañar, en lo que considera una "experiencia vital reveladora", a un pastor de los que ya no quedan. Buscaba retratar una cultura, una manera de hablar y pensar que desaparece tras 60 años de oficio.

 

Fermín Robles / El País / 8.08.08

http://www.eddiesaeta.com/

http://webfiles.pardo.ch/perm/3106/OC243725_P3106_119609.pdf

CLAVES DE LA RAZÓN PRÁCTICA

A tí

 

Cualquier kantiano que se precie y que no sea un falso o que no actúe bajo el influjo de la frivolidad conoce sobradamente y sin reservas lo que son las claves de la razón práctica, así que no digo más. La ciudad de barcelona y todas las ciudades y todos los lugares están mejor en agosto, es así y además es así con diferencia. ¿porqué? Pues porque estás de vacaciones y te parece que todo está de vacaciones. ¿cómo es posible que una ciudad en la que el noventa y cinco por cien de sus representantes políticos y el ochenta por cien de su administración civil está con toda justicia disfrutando de un merecido descanso estival parezca sustancialmente mejor que cuando toda la plantilla de responsables y técnicos y asesores está al completo y en sus despachos y en sus think-tank? Muy sencillo, no tiene nada que ver, es una falsa pregunta, no tiene sentido juntar lo uno con lo otro. Es como si preguntara ¿es mejor una manzana al horno con helado de grand-marnier y caramelo líquido y virutas de fondant o mil lápices de madera suiza de mil colores distintos? Pues es imposible saberlo y además es confundir. Barcelona está mejor porque tú te sientes mejor y porque tu espíritu y tus instintos están perfectamente conectados, es decir que estás en sintonía con el yo más profundo -es decir con tu piel-  y desde luego también con el superyó y por encima de todo estás en sintonía con los ellos y las ellas que se van cruzando ahora sí y ahora también por cada rincón y cada plaza y cada callejuela y cada cafetería y cada tienda por donde tu vas, están ahí, los ves.

El turismo, el guiri, es libertad y es conocimiento, esa es la idea, y no hay que darle más vueltas; es verano y el mar está a dos manzanas, esto es barcelona en agosto y el mejor enclave de todos es el Born; no la calle Montcada y los falsos picasso y los souvenirs y las herrikotabernas y la cerámica arte-sana y el calzado ibizenco, sino la calle Argenteria desde la boutique Agua de Mayo hasta la franquicia de Natura, frente a la basílica de Santa Maria del Mar, ahí es donde se cruza la mejor galería de encuentros y donde se vive el encanto de la ciudad infinita, sin límites. Por lo demás el sexo es la razón práctica del verano sin lugar a dudas y es el ítem básico sin el cual no se entiende nada de lo que ocurre en ninguna parte y menos aún en cualquier calle y en cualquier terraza y en cualquier lounge bar del Born, del Raval o de Passeig de Gràcia. Comparado con la navidad -que tampoco se puede comparar ni juntar lo uno con lo otro, ya está bien- pero que es otro ciclo tribal de fiesta y amor y abandono pues es totalmente imposible que aunque uno ame mucho a santa claus y a los abetos y a los muñecos de nieve y a los reyes magos nada va a conseguir nunca tener más razón práctica que una sencilla camiseta de tirantes amarillo limón o verde aceituna sobre la piel tostada de esta chica cuyo nombre no consigo recordar aunque sí que recuerdo su aroma de lancôme, arena húmeda y aceite tropical factor 10 y eso lo sabe bien cualquier kantiano que se precie y que no sea un falso.

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 8 d’agost de 2008

http://www.museupicasso.bcn.es/