Insulta con elegancia. Vomita odio con dulzura. Destila desprecio con palabras sosegadas. Fernando Vallejo (Medellín, 1942) es un dandy de lengua afilada y pluma explosiva. Una bestia negra de la creación que apuntala con corrosivo placer teoremas matemáticos, religiones, teorías literarias o sistemas políticos. Sin alzar la voz. Sin exaltarse. Después de nueve novelas de fuerte contenido autobiográfico, el autor de La Virgen de los sicarios se propuso desmantelar toda autoridad (y credibilidad) de la Iglesia, el cristianismo, el judaísmo y el islam en el ensayo La puta de Babilonia (Seix Barral, 2007), donde, según el autor, deconstruye dos milenios de "sangre, mentiras, calumnia y falsificación".
Sus libros son fuertemente biográficos. ¿Como utiliza la memoria para crear?
He escrito nueve novelas en primera persona. En esencia son verdaderas… La Virgen de los sicarios está llena de muertos que yo no maté, pero que me habría gustado matar; eso es monstruoso. Estamos envenenados contra todo, con el disfraz hipócrita de la tolerancia y la honorabilidad.
Siempre criticó a Cervantes, a los clásicos y a los autores del realismo mágico…
El Quijote es un fenómeno extraño. Cervantes es un pésimo prosista, Las novelas ejemplares son horrorosas, feas. El mismo Quijote es muy feo cuando habla el propio Cervantes, lo que pasa es que no podía ser de otra forma. El realismo mágico es una etiqueta para escritores que tampoco fueron grandes prosistas. Ninguno tiene la sonoridad de Mújica Lainez. Borges es un aprendiz de prosista a su lado. Una cosa es ser un buen prosista y otra buen escritor. Cervantes es un pésimo prosista, pero El Quijote es un libro muy bello.
Ha dirigido películas y escrito guiones. ¿Cuál es su relación con el cine?
Creía que el cine era el gran lenguaje, por encima de la palabra. Pero es una novelería del siglo XX. Está durando más de la cuenta y es muy limitado. No logra captar la realidad. Ni la palabra ha conseguido captar la vida, que es muy compleja. Comparas el lenguaje del cine al de la literatura y es paupérrimo y artificial. El lenguaje hablado es lo que diferenció al ser humano de otros animales. La palabra es el hombre.
¿Y una imagen no vale más que 1.000 palabras?
¡Al contrario! ¿Cómo puedes decir la palabra eternidad o infinito en cine? La mente es cambiante y la palabra es la que puede dar ese caos; la imagen, no. La mente humana es lo máximo de la evolución. Y los simios superiores, los más cercanos, no tienen la palabra, así que no pueden mentir. Que hayamos inventado la televisión o la radio no significa nada al lado de esto.
Bernardo Gutiérrez entrevista a Fernando Vallejo / publico.es / fragmento / 26.08.08
Hay que tener mucha bondad de corazón, quizás demasiada fernando, para ocupar el tiempo en querer desdemostrar algunas cosas que no lo necesitan, como las religiones y sus mentiras y su falsificación y su sangre; pero también reconozco que desmantelar siempre está bien, y que no hay nada como documentar y panfletar y alcanzar gozosamente el punto ese el punto ese al que quieres llegar y al que llegas, alcanzar ese punto equis o zeta o alfa o como se llame y esa pole position y ese estado de espíritu y de gracia que te permite al fin aquello de que por fin por fin por fin se te presentan como queriendo llamar a tu puerta, humildemente, de tu estudio esa pandilla de sabelotodos con sotana o con turbante o con kipá y que los ves que van todos ellos hechos unos zorros después de haber conseguido leer a hurtadillas y sin que se entere faltaría más su inmediato superior jerárquico, pobre de él que qué pensaría si llegara a enterarse de que te has tragado de pe a pa tu puta de babilonia y caray con la de acusaciones y de revelaciones y de acotaciones y de insinuaciones que les has metido en el cuerpo y en el mismo mismísimo corazón de sus almas de sus pobres almas temerosas que ya no saben ni como responder ni como reaccionar ni nada de nada, ni si tiene algún sentido o ni ya no lo tiene ponerse por dios a refutar o por alá o por yahvé dado que al fin y al cabo y hasta la noche de los tiempos no hay más que decir si en resumen en resumen todo se trata de una sarta de fantasías y de falacias hábilmente entretejidas y moldeadas y transmitidas de generación en generación a puño y a espada y a letra y a sangre y a comunión tras comunión, por nuestros lejanos y queridísimos parientes los profetas y los escribas de los profetas y los sacerdotes de los profetas y los oficiantes y los monaguillos y las vírgenes y los predicadores de las vírgenes y por los convertidores a la buena fe a la buena a la buena repartidos por la gracia divina del que reparte, dios bendecido, por todos los rincones y todas las esquinas y todos los huecos y todos los promontorios de todos los hemisferios y de todos los ecuadores de esta nuestra tierra sagrada, sagrada, sagrada y hermosa y amén.
Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 27 de agosto de 2008, quizás.