HILLARY

 

Ovación de gala, traje naranja ante el público puesto en pie. Se deja querer, pasea junto al escenario sin acercarse al pódium, disfrutando de este momento de gloria, del cariño de los suyos y de los que no lo son tanto. Es la estrella del día… eso no se lo discuten ni lo obamistas que han repartido carteles con su nombre. No la dejan empezar a hablar, nadie se sienta hasta el tercer intento. Primeras palabras tras el agradecimiento "Estoy aquí como un madre orgullosa, una demócrata orgullosa, una orgullosa senadora de Nueva York, una orgullosa americana y una orgullosa seguidora de Barack Obama. (…) Somos un partido unido con una sola meta (…) Es una lucha por el futuro y tenemos que luchar juntos". La primera en el frente, para no dejar dudas. El discurso de una buena soldado sin duda… "Barack Obama es mi candidato y debe ser mi presidente". Algunos recuerdos y agradecimientos de campaña… No sólo está siendo un discurso leal, sino lleno de contenido. Un relato sentido del credo demócrata de apoyo a los trabajadores y a los desfavorecidos. Toda una argumentación que siempre acaba en la necesidad de elegir a un demócrata para la presidencia, sin problema ninguno en mencionar a Obama una docena de veces. Y a su mujer, por cierto, alabanzas a Michelle Obama y también a Joe Biden.

 

Carlos Hernández / Denver / 27.08.08

http://usamericavota08.blogspot.com/

http://estaticos.elmundo.es/documentos/2008/08/27/discurso_hillary.pdf

LA PALABRA DEL SEÑOR

 

Insulta con elegancia. Vomita odio con dulzura. Destila desprecio con palabras sosegadas. Fernando Vallejo (Medellín, 1942) es un dandy de lengua afilada y pluma explosiva. Una bestia negra de la creación que apuntala con corrosivo placer teoremas matemáticos, religiones, teorías literarias o sistemas políticos. Sin alzar la voz. Sin exaltarse. Después de nueve novelas de fuerte contenido autobiográfico, el autor de La Virgen de los sicarios se propuso desmantelar toda autoridad (y credibilidad) de la Iglesia, el cristianismo, el judaísmo y el islam en el ensayo La puta de Babilonia (Seix Barral, 2007), donde, según el autor, deconstruye dos milenios de "sangre, mentiras, calumnia y falsificación".

 

Sus libros son fuertemente biográficos. ¿Como utiliza la memoria para crear?

He escrito nueve novelas en primera persona. En esencia son verdaderas… La Virgen de los sicarios está llena de muertos que yo no maté, pero que me habría gustado matar; eso es monstruoso. Estamos envenenados contra todo, con el disfraz hipócrita de la tolerancia y la honorabilidad.

Siempre criticó a Cervantes, a los clásicos y a los autores del realismo mágico…

El Quijote es un fenómeno extraño. Cervantes es un pésimo prosista, Las novelas ejemplares son horrorosas, feas. El mismo Quijote es muy feo cuando habla el propio Cervantes, lo que pasa es que no podía ser de otra forma. El realismo mágico es una etiqueta para escritores que tampoco fueron grandes prosistas. Ninguno tiene la sonoridad de Mújica Lainez. Borges es un aprendiz de prosista a su lado. Una cosa es ser un buen prosista y otra buen escritor. Cervantes es un pésimo prosista, pero El Quijote es un libro muy bello.

Ha dirigido películas y escrito guiones. ¿Cuál es su relación con el cine?

Creía que el cine era el gran lenguaje, por encima de la palabra. Pero es una novelería del siglo XX. Está durando más de la cuenta y es muy limitado. No logra captar la realidad. Ni la palabra ha conseguido captar la vida, que es muy compleja. Comparas el lenguaje del cine al de la literatura y es paupérrimo y artificial. El lenguaje hablado es lo que diferenció al ser humano de otros animales. La palabra es el hombre.

¿Y una imagen no vale más que 1.000 palabras?

¡Al contrario! ¿Cómo puedes decir la palabra eternidad o infinito en cine? La mente es cambiante y la palabra es la que puede dar ese caos; la imagen, no. La mente humana es lo máximo de la evolución. Y los simios superiores, los más cercanos, no tienen la palabra, así que no pueden mentir. Que hayamos inventado la televisión o la radio no significa nada al lado de esto.

 

Bernardo Gutiérrez entrevista a Fernando Vallejo / publico.es / fragmento / 26.08.08

 

Hay que tener mucha bondad de corazón, quizás demasiada fernando, para ocupar el tiempo en querer desdemostrar algunas cosas que no lo necesitan, como las religiones y sus mentiras y su falsificación y su sangre; pero también reconozco que desmantelar siempre está bien, y que no hay nada como documentar y panfletar y alcanzar gozosamente el punto ese el punto ese al que quieres llegar y al que llegas, alcanzar ese punto equis o zeta o alfa o como se llame y esa pole position y ese estado de espíritu y de gracia que te permite al fin aquello de que por fin por fin por fin se te presentan como queriendo llamar a tu puerta, humildemente, de tu estudio esa pandilla de sabelotodos con sotana o con turbante o con kipá y que los ves que van todos ellos hechos unos zorros después de haber conseguido leer a hurtadillas y sin que se entere faltaría más su inmediato superior jerárquico, pobre de él que qué pensaría si llegara a enterarse de que te has tragado de pe a pa tu puta de babilonia y caray con la de acusaciones y de revelaciones y de acotaciones y de insinuaciones que les has metido en el cuerpo y en el mismo mismísimo corazón de sus almas de sus pobres almas temerosas que ya no saben ni como responder ni como reaccionar ni nada de nada, ni si tiene algún sentido o ni ya no lo tiene ponerse por dios a refutar o por alá o por yahvé dado que al fin y al cabo y hasta la noche de los tiempos no hay más que decir si en resumen en resumen todo se trata de una sarta de fantasías y de falacias hábilmente entretejidas y moldeadas y transmitidas de generación en generación a puño y a espada y a letra y a sangre y a comunión tras comunión, por nuestros lejanos y queridísimos parientes los profetas y los escribas de los profetas y los sacerdotes de los profetas y los oficiantes y los monaguillos y las vírgenes y los predicadores de las vírgenes y por los convertidores a la buena fe a la buena a la buena repartidos por la gracia divina del que reparte, dios bendecido, por todos los rincones y todas las esquinas y todos los huecos y todos los promontorios de todos los hemisferios y de todos los ecuadores de esta nuestra tierra sagrada, sagrada, sagrada y hermosa y amén.

 

Carles J. Pi / Lounge Baobab Club / 27 de agosto de 2008, quizás.

CANTOS RODADOS

 

Hoy estoy sentimental. No tengo cuerpo para alegaciones
ni discursos, lo que quisiera es ponerme a llorar quedito mucho rato,
que me salieran y me salieran lágrimas de agua salada
y estar así mojándome la camiseta sin que me importara nada.
Yo soy de esos idiotas que no lloran nunca, hay cosas que
casi no sé hacer, como esa o como echar gargajos, que tampoco aprendí.
Por un lado quería ser un macho fuerte y por otro ser tan fino
como una dama, qué desastre. Lo que sí sabía era chiflar fuertísimo,
yo creo que fui de los que más fuerte chiflaban en mi calle, pero
ya no puedo bien, se me olvidó cómo lo hacía o me cambiaron
la ordenación de los dientes en el consultorio de Masri y todo el ímpetu
sonoro se me desapareció. Chiflo como cualquiera que apenas sabe hacerlo.

Pero no sólo fuerte, me acabo de acordar que le copié a Claudio Brook
una manera de silbar casi sin mover los labios que llamaba mucho la atención,
me oían pero no me veían y se desconcertaban. Como un ventrílocuo. Pero
hace años que no lo uso; quizás perdí el gusto por hacerlo.
Algún agravio he de sentir y en lugar de cólera tengo esta tristeza. Y me veo
contando cosas que no tienen que ver con el asunto de mi canto.

 

Alejandro Aura / Cantos Rodados / Fragmento / 24.07.08

LA CASA ESTÁ VACÍA

 

 

La casa está vacía. Sus paredes soportan con dificultades el peso del techo. Las ventanas abiertas con los cristales rotos delatan que hace tiempo que allí no vive nadie. Es una de las múltiples masías que poblaron el macizo del Montseny desde la Edad Media hasta mediados del siglo XX y que, de forma progresiva, se fueron abandonando o transformando en segundas residencias porque la agricultura y la ganadería habían dejado paso a una sociedad industrial y la población se concentraba en las grandes ciudades.

"La vida en las masías era muy dura", señala una superviviente del radical cambio estructural que se vivió en una de las propiedades más importantes del Montseny, durante el último centenio. "Mucha gente ha idealizado la vida en las masías, pero cuando uno habla con las personas que vivieron allí descubre que las cosas no fueron nada fáciles para la mayoría. Hubo mucho desengaño", agrega Xavier Roigé, que junto con Ferran Estrada, ambos profesores de Antropología Social, son los autores del libro El mas al Montseny, realizado con la colaboración del equipo de investigación del Museu Etnològic del Montseny, que aportó los testimonios vivos de los protagonistas, una historia extrapolable a muchas otras comarcas de Cataluña.

Los propietarios que habían ido acumulando territorio sobrevivieron. Aunque la mayoría de ellos establecieron sus viviendas en la ciudad y arrendaron la explotación de sus tierras. "Pagábamos con lo que cultivábamos: tres a uno. El ganado, a medias. Si vendías patatas, una parte para el propietario. Y el trigo y la fruta, a medias. Del bosque, nada. No podías cortar nada", explica en el libro un masover de 71 años de Arbúcies. Eran tiempos difíciles, años de posguerra, y en aquellas zonas rurales no había llegado aún la luz ni había agua corriente. Había poco dinero. Socialmente, la vida de los payeses venía marcada por su posición. Era difícil para los arrendatarios, pero también para los hijos de los propietarios sin la condición de herederos.

 

Manel Serras / El País / Fragmento / 26.08.08