El azar, sin embargo, también tiene sus leyes, que son de tipo estadístico. Durante la blitz –el bombardeo nocturno de Londres durante la segunda guerra mundial– no todas las manzanas de la ciudad recibieron bombas. Algunas nunca recibieron una bomba, mientras que otras recibieron varias y unas pocas recibieron muchas, como si los nazis se hubiesen ensañado con ellas.
Muchos londinenses estaban convencidos de que el Estado Mayor alemán seleccionaba, por razones recónditas, ciertas manzanas y perdonaba otras. Pero el análisis estadístico de esos bombardeos demuestra que las bombas cayeron todas según las leyes que rigen el azar. Los aviones descargaban sus bombas sobre Londres a ojos cerrados. Miles, millones de factores desconocidos intervenían para que cada una de ellas cayera donde caía. Ni designio diabólico ni voluntad divina ni, tanto menos, destino: sencillamente el azar. La tendencia a buscar las razones de los fenómenos poco frecuentes parece formar parte del modo de pensar de la especie, y lleva casi indefectiblemente a la religión.
Las personas que por razones fortuitas no subieron al vuelo de Spanair que se estrelló en Barajas, hablan de milagro, hablan de destino, hablan de algo misterioso que los favoreció sin que ellos lo supieran. Voluntad divina. Los familiares de los que sí subieron, igual pero al revés: designio diabólico. “Yo le dije que no viajara, que lo hiciera al día siguiente, que se marchara al día siguiente.” Como si hubieran conocido las asechanzas de algún designio diabólico.
¿Es sobrenatural la naturaleza?, se titula un maravilloso libro de Simon Altmann en el que el autor, profesor en Oxford de origen argentino, analiza gran parte de los fenómenos naturales a los que el modo de pensar ancestral atribuye razones milagrosas. La insensatez de las varias pseudo ciencias que encuentran el favor de la gente impreparada –antaño, el estudio del vuelo de los pájaros o de las vísceras de animales propiciatorios; hoy día la numerología o la astrología– es exactamente comparable a la explicación neoconservadora de la evolución, la religión rebautizada designio inteligente.
Mario Muchnik, editor y escritor / publico.es / Fragmento / 24.08.08